19 Jul 2023
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¿Tienes pensado emprender, pero no conoces los tipos de modelos de negocio que existen? ¿Es necesario realizar un plan estratégico? La respuesta a ambas preguntas es… ¡sí!
Como líder empresarial, debes definir el plan y los modelos de negocio que vas a seguir para conocer de primera mano cuál es tu ADN. Es decir, es necesario que sepas qué vas a ofrecer al mercado, a qué tipo de clientes, cómo lo vas a hacer y vender y de qué forma vas a generar ingresos.
Así que, si todavía no tienes claro cuál de los muchos modelos de negocio que hay encaja mejor con tus expectativas empresariales, ¡sigue leyendo!
Estos son los siete ejemplos que desde Lexington creemos que te pueden interesar antes de lanzar tu idea de negocio:
El modelo de negocio de suscripción es una estrategia donde los clientes pagan una tarifa regular para acceder a un producto o servicio.
Tanto Netflix como Spotify son ejemplos destacables y han revolucionado la forma en la que las personas acceden y consumen contenido. No solo han transformado la industria del entretenimiento y la música, sino que también se han convertido en referentes para otras empresas.
Los marketplaces son plataformas en línea que conectan a vendedores y compradores de bienes o servicios.
Las plataformas de Airbnb o Uber han sido pioneras dentro del sector porque son fáciles de usar, generan confianza a través de los sistemas de calificación y reseñas, así como protegen al consumidor.
Pero, ¿dónde está la verdadera magia que ha creado toda esta revolución? En su capacidad de potenciar economía colaborativa, es decir, que las personas compartan sus activos y generen ingresos adicionales.
El modelo freemium es una estrategia de negocios en la que se ofrece un producto o servicio básico de forma gratuita, pero se brinda la opción de pagar características adicionales o una versión premium con configuraciones más avanzadas.
Numerosas empresas han adoptado este modelo, como por ejemplo Dropbox y LinkedIn, consiguiendo beneficiar la conciencia de marca, la adquisición de usuarios y la generación de ingresos.
El modelo de negocio de crowdfunding se basa en la recaudación de fondos a través de una comunidad de personas interesadas en financiar proyectos, productos o iniciativas. Los proyectos se presentan en plataformas como Kickstarter o Indiegogo, mientras que los usuarios contribuyen con dinero para apoyarlo.
El modelo freemium es una estrategia de negocios en la que se ofrece un producto o servicio básico de forma gratuita, pero se brinda la opción de pagar características adicionales o una versión premium con configuraciones más avanzadas.
Numerosas empresas han adoptado este modelo, como por ejemplo Dropbox y LinkedIn, consiguiendo beneficiar la conciencia de marca, la adquisición de usuarios y la generación de ingresos.
Si sueles comprar productos en Amazon o planificar tus viajes con la ayuda de TripAdvisor, seguramente entiendas cómo funciona un negocio de afiliación. Este modelo consiste en que una empresa (o ‘afiliado’) promocione productos o servicios de otra empresa (o ‘anunciante’) a cambio de recibir una comisión por cada venta.
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Se trata de un modelo de negocio innovador y centrado en proporcionar productos únicos y personalizados a los clientes. A diferencia de la producción en masa, la fabricación personalizada permite satisfacer las preferencias individuales de cada cliente.
Warby Parker ofrece un servicio de personalización de sus productos, así como Nike By You deja que los clientes elijan cada detalle para crear un zapato único. Estos tipos de negocios generan valor para los clientes y, sobre todo, se diferencian de otras empresas del mercado.
La forma en la que consumimos y creamos contenido ha cambiado y, por lo tanto, las plataformas digitales actuales también.
El nuevo modelo de negocio de plataformas de contenido permite a los usuarios compartir, crear, monetizar y consumir contenido online. Sin duda, ejemplos como los de YouTube o Medium nos demuestran que este modelo es todo un éxito.
Ya tienes más claro qué modelo de negocio puede encajar con tus planes, ¿verdad? Ahora, solo falta buscar un espacio que acoja e impulse estos proyectos tan innovadores, como, por ejemplo, las oficinas de Lexington en Madrid y Barcelona. ¡Manos a la obra!
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