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Soraya Albaladejo
24 Mar 2022
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¿Son todos los emprendedores empresarios? ¿Y todos los empresarios, emprendedores? Muchas veces podemos pensar que ambos conceptos son análogos o intercambiables y, ¡nada más lejos de la realidad! Para poder tener una imagen clara de nuestro sector o de la esfera business que nos rodea, debemos tener muy claras sus diferencias y similitudes, y es por eso que hoy os resumimos las 5 diferencias entre emprendedor y empresario. ¿Apuntas?
Todo buen profesor nos diría: «antes de analizar similitudes y diferencias, debemos tener clara la definición de cada uno de los términos». ¡Allá vamos!
Según la economipedia…
Un emprendedor es una persona que tiene la capacidad de descubrir e identificar algún tipo de oportunidad de negocios. Así, con base en ello, organiza una serie de recursos con el fin de darle inicio a un proyecto empresarial. Mientras que el empresario es aquella persona que se encarga de la dirección y gestión de una compañía, negocio o industria. Su finalidad es la obtención de beneficios económicos.
¿Queda más o menos claro? ¿No? La línea que separa ambos conceptos es muy fina; de hecho, podríamos decir que uno describe el camino y los primeros pasos del otro, pero ¿no pueden darse ambas realidades simultáneamente? Lo estudiaremos echándoles un vistazo a sus diferencias y similitudes.
Lo que está claro es que, independientemente de cuál sea tu perfil, sí o sí necesitas desarrollar tu habilidad empresarial. Existen más similitudes entre el emprendedor y empresario de las que pensamos, y todas son indispensables para que cualquier tipo de proyecto tenga un éxito asegurado. ¿Cuáles son?
Más allá de ser una cualidad humana prácticamente obligatoria, la empatía es la forma que nos permite ponernos en la piel de otras personas. Sin ella, no sabríamos identificar las necesidades de nuestros clientes y, mucho menos, no podríamos liderar equipos de forma eficiente.
Saber pedir ayuda y delegar es esencial para que cualquier proyecto no se estanque o se arruine. Pedir ayuda no nos hace menos capaces, sino más conscientes y comprometidos con nuestro trabajo.
Ya sabemos que la vida son curvas y, por supuesto, en los negocios también. Precisamente son los empresarios y los emprendedores quienes más baches tienen que afrontar. Tener la capacidad de persistir cuando todo va mal es la clave para asegurar el éxito de tu emprendimiento.
No te equivoques, evitar la mentira no te hace honesto. La honestidad empieza a existir cuando la practicamos con nosotros mismos. Por ello, admitir los errores, las debilidades que tenemos, así como conocer nuestros límites es esencial para avanzar con nuestros proyectos.
Desde nuestro punto de vista, un emprendedor no tiene por qué dejar de serlo al convertirse en un empresario de éxito, ¡siempre puede seguir emprendiendo en nuevos negocios! Y, de igual manera, un empresario de éxito que verdaderamente esté destinado a revolucionar su sector jamás dejará de tener alma de emprendedor.
Aun así, vamos a analizar las diferencias entre el “yo emprendedor” y el “yo empresario” para poder conocer mucho mejor a ambos, aunque sea dentro de la misma persona ;)
¡Ojo! 👀 Estas pinceladas no son excluyentes, es decir, ni un empresario ni un emprendedor tiene que cumplir todos los requisitos para considerarse como tal, pero sí que son los rasgos más característicos de ambos.
Esta es una de las diferencias entre emprendedor y empresario que vienen intrínsecas en la propia definición. Mientras que el emprendedor tiene como objetivo llevar su novedosa idea de negocio a la vida, sin importar el tiempo o recursos que tenga que invertir, el empresario se asienta en un puesto mucho más sólido, dedicado a crear estrategias a través de las cuales seguir destacando en su sector, a liderar equipos y a tomar decisiones basadas en la rentabilidad y expansión del proyecto.
Otra diferencia que estamos seguros identificaréis sin problema es el modelo de trabajo y el equipo humano alrededor de cada uno de ellos. Mientras el emprendedor puede definirse como una figura más solitaria, con un reducido grupo de personas trabajando a su lado (o ninguno durante los primeros pasos del proyecto), el empresario ya se considera líder de equipos formados por profesionales. Es por ello que la figura del empresario también debe ser coordinador de talento, delegar responsabilidades y marcar objetivos más allá de los de la compañía en general.
Y, por supuesto, aunque la habilidad y experiencia de ambas figuras pueda ser distinta, el emprendedor y el empresario trabajarán por desarrollar su capacidad de adaptación a los cambios y su flexibilidad. Ya sea con la mente fresca y llena de ideas del “yo emprendedor” o con la experiencia de años y la estrategia del “yo empresario” ambos han de ser capaces de sobreponerse a cualquier imprevisto, de adelantarse a los cambios de su sector y de conocer tan en profundidad su producto que nada se les escape.
Más que una diferencia, esta es una habilidad compartida, un camino paralelo hacia el mismo fin, del emprendedor y el empresario.
Porque, ¿cómo planifica su semana el emprendedor? Y, ¿cómo lo hace el empresario? Mientras que el “yo emprendedor” comienza por encargarse de todas las facetas de su proyecto (plan financiero, creatividad, marketing, evaluación…), el “yo empresario” se percibe más como una figura de control, de management y de representación. Este también velará por los intereses de la compañía, pero desde su vista del halcón, delegando la evaluación a sus managers y posicionándose como un capitán que observa el temporal y dirige el timón de la tripulación.
En definitiva y aunque sí podemos establecer deferencias entre lo que consideramos emprendedor y empresario, ambos se necesitan el uno al otro. Son, de alguna manera, el camino hacia un fin y, como os comentábamos, pueden coexistir en el tiempo y hasta en la misma mente. Pensadlo así: ¿y si un empresario de éxito da con la chispa de un nuevo proyecto mientras hace networking en las zonas comunes de su espacio de trabajo flex Lexington y se convierte, en ese momento, en un businessman con alma de emprendedor? ¿Veis?
Nosotrxs siempre lo decimos, ¡el límite sois vosotros mismos! Porque, si queréis darle la vuelta a la concepción más clásica, al pensamiento más asentado, para hacerlo vuestro… podéis 😉 En Lexington siempre estaremos aquí para daros el último empujón. Let’s!
Aunque la concepción clásica del emprendedor y el empresario separara a estos en diferentes espacios de trabajo, tras la pandemia y la llegada del modelo híbrido de trabajo, ¡esas líneas se diluyen!
El emprendedor solía relacionarse siempre con el conocido coworking, mientras que el empresario se localizaba en una oficina convencional, como las de toda la vida. Pero ¿y si os dijéramos que los espacios de trabajo flexibles son capaces de cumplir con los requerimientos de ambos?
Sin importar el tamaño de vuestra compañía ni si os identificáis más con el full-emprendedor o con el full-empresario, ¡tenemos vuestro próximo espacio de trabajo! Contamos con las fórmulas más flexibles en Madrid y Barcelona para aquellos empresarios o emprendedores que busquen un workplace más nómada con una domiciliación de empresas en puntos estratégicos. Y también contamos con oficinas u open-spaces corporativos con acceso a salas de reunión y zonas comunes de trabajo para aquellos emprendedores o empresarios cuyo equipo quiera volver a la oficina y que necesiten un espacio de trabajo que refleje al 100% su brand image y su cultura de empresa.
Si quieres más info sobre nuestros flex spaces, ¡no dudes en escribirnos!
«Que no te de miedo levantarte y luchar por lo que cree, aunque eso signifique luchar solo.”
El autor
Nuestra CMO y experta en marketing corporativo tiene más de 12 años de experiencia encontrando ese algo que hace única a cada marca, proyectando siempre la energía más Lexington. Soraya es la encargada de potenciar nuestra personalidad rebel para que nuestros espacios de trabajo aparezcan en portada. Estratégica, de lo más organizada ¡y la manager con más ritmo de verbena!
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